¿QUIERES SER MI NOVIA?
Andrés F. Schmucke G.
Esta simple y sencilla pregunta siempre ha causado en mí efectos muy diversos y extraños; desde que me suden las manos, hasta que me tiemblen las rodillas , se me enrede la lengua y se me olviden las palabras, hasta ataques de ansiedad y de pánico cuando pronuncio estas cuatro palabras: ¿quieres ser mi novia? Dios, qué nervios. qué angustia, qué desesperación. Lo más cómico (o tragi-cómico) del caso es que siempre he recibido una respuesta negativa o una respuesta negativa disfrazada; a ver, les explico mi clasificación a la hora de ser rechazado por una linda niña:
a) El NO rotundo: Es aquel que el objeto del afecto suelta sin importarle el corazón que está rompiendo o las lágrimas que está ocasionando. "No chico, no quiero nada contigo, no me gustas", el "no me gustas" le da un toque muy sutil al frío rechazo.
b) El NO que debería ser rotundo: Aquí las chicas dejan abierta una posibilidad, siembran una especie de esperanza en el corazón del pobre e indefenso ser que está siendo rechazado. Esta opción es arriesgada pues el muchacho se puede quedar clavado convirtiéndose en alguien que no descansará hasta obtener el tan anhelado "Sí quiero".
c) El "déjame pensarlo: Esta opción es como la lotería, te puede tocar el premio gordo o nada, casi siempre el resultado es que uno se quede sin nada, pero pueden pasar meses mientras esperas una bendita respuesta. No te hagas muchas ilusiones si te dicen esto.
d) El "te quiero, pero como a un amigo": Esta es la peor de todas, es preferible mil veces el NO rotundo a esta frase. ¿Por qué como a un amigo? ¿Qué tiene él que no tenga yo? En fin, esta frase es devastadora.
Las mujeres siempre van a saber cómo sacarse a un muchacho de encima, eso lo llevan en los genes, sólo prepárate, no seas tú la próxima víctima.
Diario "El Universal"
23 de Junio de 2007,.
Página de Opinión.
Este artículo me pareció muy simpático y ocurrente en el planteamiento de su contenido, excelente en la sìntesis de la clasificaciòn de las excusas de las chicas y el asertivo retrato de la picardía femenina.