jueves, 26 de enero de 2012

"EL AMOR SÌ ES CIEGO SEGÙN LOS CIENTÌFICOS"









EL AMOR SÍ ES CIEGO SEGUN LOS CIENTÍFICOS.

     Un grupo de investigadores de la Universidad de Ohio (EEUU) se ha dedicado a estudiar el "amor sin límites" y ha identificado qué mecanismos se activan en el cerebro para que se produzca el amor. Entre ellos descubrieron que interviene el sistema de recompensa, el mismo de algunas adicciones.

     La investigación detectó las regiones del cerebro que se "iluminan" y cuáles no cuando a una persona se le muestra la fotografía del ser amado.

     El estudio realizado con resonancia magnética reveló que cuando las personas veían fotos de sus seres amados se activaban áreas que pertenecían al sistema de recompensa cerebral, que contiene una alta densidad de receptores para las hormonas oxitosina y vasopresina, señaló Facundo Manes, neurobiólogo director de los institutos de Neurología Cognitiva y de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

     "Hay trabajos como los del neurobiólogo británico Semir Zeki que identificaron la activación de áreas cerebrales que parecen específicas para ese sentimiento. Zeki, en relación al amor romántico, habló de una activación de la corteza cingulada anterior, de la corteza prefrontal derecha y la corteza temporal de los dos hemisferios", confirma Francisco Mora Teruel, científico de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro Los laberintos del placer en el cerebro humano.

     El amor es ciego. Varios estudios demostraron que paralelamente a esa activación ocurría una desactivación de los circuitos cerebrales responsables de las emociones negativas y de la evaluación social. Por eso "El fuerte lazo emocional de una persona inhibe las emociones negativas y afecta el circuito neural involucrado en realizar un juicio social sobre otra persona", señala Manes. Por eso cuando alguien gusta mucho de otra persona sólo lo juzga por sus aspectos positivos. Los negativos no los ve.

     "En el estado de enamoramiento hay zonas del cerebro que se activan específicamente", confirma Diego Golombek, biólogo autor de Sexo, drogas y biología. Sobre los elementos que participan, señala que "No sólo de neuronas vive el cerebro enamorado, también son fundamentales las sustancias con las que estas células se comunican, los neurotransmisores, así como las hormonas que las bañan y modulan su actividad".

     Golombek señala que los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina están relacionados con las emociones románticas, así como las hormonas oxitocina o vasopresina que tienen que ver con la fidelidad y las ganas de permanecer con alguien.

      Para Alex Tobeña, psiquiatra y catedrático de Psicología Medica y Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona, esos neurotrasmisores son fundamentales. En su libro El cerebro erótico explica el correlato fisiológico entre algunas señales propias del enamoramiento con lo que ocurre en el cuerpo, concretamente el cerebro. Allí dice que "Enamorarse es una transitoria tormenta de neurotransmisores al servicio de la fusión monógama imperfecta, es decir la pareja".

     El amor no es una simple explosión de hormonas y una buena conexión de neurotransmisores, sustancias que logran que las hormonas se comuniquen entre sí armoniosamente. Es mucho más que eso. Si así no fuera, se acabaría el negocio de las canciones de amor, la novela rosa y la industria de las comedias románticas. Para la neurobiología uno de los mecanismos involucrados en este sentimiento es el conocido sistema de recompensa. El mismo de algunas adicciones. Eso tal vez explique por qué enamorarse es, de alguna manera, inevitable.

               Especial del diario de Venezuela "El Nuevo País".
               Domingo, 18 de Febrero de 2007.

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