jueves, 26 de enero de 2012

"EL AMOR Y RUBÈN MONASTERIOS EN EL DIVÀN"













EL AMOR Y RUBEN MONASTERIOS EN EL DIVÁN.

     Rubén Monasterios considera que un diván sirve para todo, desde que a Freud se le ocurrió inventarlo. LA F.E.A. Y EL AMOR. Para él, la Fenil-Etil-Amina o FEA, "siendo tan fea produce una cosa tan bonita como el amor". El amor comienza cuando se produce la atracción y se dispara la FEA y va desde ese chizpazo que dura segundos, a ese estado de erotización súbita que se produce en un hombre o en una mujer, frente a la presencia de un ser que lo atrae. Piensa que se puede amar a varias personas al mismo tiempo, pudiendo sentir afecto por varias personas. Ese amor de pareja personalizado e individualizado es una creación cultural más que un hecho biológico. "Aunque se puede querer a varias personas sin demostrar que se quiere a todas". Cree en este contexto "en el perdón de los cachos".

     Para Monasterios, los amores no son eternos. El amor tiene un plazo de 4 años, porque durante este tiempo es que opera la FEA. Después se trata de un acto heróico. Dura cuatro años porque está en función de la supervivencia de la especie. Son los cuatro años que necesita el niño que nace de aquella pasión, para más o menos valerse por sí mismo. Una vez que el niño es capaz, comienza la declinación. Lo contrario del amor es el desinterés, la indiferencia.

     El odio es una forma complicada del amor. "Malos ojos son cariño" es una frase que resume ese juego de que "yo te odio, pero te deseo". Los malos ojos son una manera de demostrar que tú me llamas la atención. El cine mexicano de los años cuarenta lo reseña. María Félix fue la gran estrella de los malos ojos. Pero en el fondo "estaba hecha agüita".

              Entrevista realizada por María Mercedes y Vladimir Gessen.
              Diario venezolano "El Nacional".
              Columna: Psicología para Todos" (fragmentos), 12-2-1997.

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